Nomadland habla sobre aquellos que viven al margen del sistema establecido en EEUU. Algunos por elección vital, otros por supervivencia, otros por activismo… nómadas, que montados en su furgoneta (su casa) van de un lado a otro buscándose la vida, visitando lugares únicos y estableciendo una amplia red de relaciones humanas.
Una de esas películas en las que «no pasa nada». No hay giros de guion impactantes, no hay situaciones efectistas. El relato se va formando a través de vivencias dramáticas. Es una obra minimalista que va desarrollando a su(s) protagonista(s) a base de mostrarnos pequeños momentos de su vida. Algunos de esos momentos terminan con un sentimiento dramático intenso, otros simplemente son pequeñas vivencias que van construyendo personajes, entorno y relato.
Casi todos los actores de Nomadland son personas reales de ese mundo de nómadas. Eso le da un aire de autenticidad, de estar viendo un reality sobre sus vidas más que una película. Y me permitió vivir sus dramas y sus alegrías con gran intensidad. Frances McDormand está inmensa, se ha metido tanto en su papel que no se aprecia diferencia entre el resto de personajes reales. Me hizo entender perfectamente los sentimientos que habían arrastrado a su personaje hasta su decisión de ser nómada. Esta gran empatía con su personaje fue clave para que el relato iniciático tuviera un gran impacto en mi. Me sentí un poco más solo cuando terminó la película. Sin una actriz como ella, a pesar del realismo que la rodea, difícilmente se habría conseguido la autenticidad que se buscaba. La cantidad de premios recibidos (incluido el Oscar) los tiene bien merecidos.