Diferente. Brillante. Muy divertida. Una visita al concepto de multiverso llena de giros, diálogos ingeniosos, acción, comedia, drama, momentos surrealistas, referencias cinematográficas, culturales y filosóficas que se aproxima más a la visión sobre ello que tienen Rick y Morty que la que tienen Marvel o DC. Una de las películas que más me ha sorprendido en los últimos años. Al terminar la película dije algo como: «no tengo ni idea de lo que acabo de ver, pero me encanta».
El guion, la dirección, y la edición están pensados para que todo sea una montaña rusa de sensaciones. Hubo momentos de subida lenta, que mientras los veía me supusieron un freno a la velocidad que estaba disfrutando, pero luego me daba cuenta de que era sólo un recurso para darme un respiro ante la complejidad de la narrativa y me devolvía a una velocidad vertiginosa que me arrastraba a un aparente caos de sensaciones que, sin embargo, va por unos raíles firmes que saben exactamente donde quieren llevarnos. (Vale ya paro con la metáfora de la montaña rusa).
Su protagonista, Michelle Yeoh, aguanta el desafío de soportar el peso de la película de una forma impresionante. Y los personajes que la acompañan aportan una naturalidad al conjunto que sorprende por lo extraña que es la historia.
Probablemente, la mejor película del año.